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  • Foto del escritorJorge Ochoa

Uso de la Imagen visual como método de investigación

El uso de imágenes en la investigación es un tema amplio que ha resonado de manera importante especialmente desde el desarrollo de la fotografía, es decir un poco más de un siglo. Es notable que la investigación ha venido usando la imagen como fuente e incluso como parte de la metodología en los procesos investigativos, sin embargo, el propósito de esta disertación es ofrecer una posibilidad más, de no solo usarlas como fuente, sino que sea su propio lenguaje el que se valide la investigación misma, en su proceso y resultado.

Por otra parte, dentro de los enfoques cualitativo y cuantitativo surge la cuestión de determinar hasta que punto el uso de la imagen es solamente un instrumento dentro del proceso o incluso puede ser la metodología de investigación, o si definitivamente corresponde a un enfoque mixto.

Para empezar, debemos entender que el término Imagen tiene varias acepciones, pudiendo hablar de imagen mental, verbal, social, imágenes consientes o inconscientes… En el diccionario de la RAE nos muestra una acepción como “Figura, representación, semejanza y apariencia de algo”, por tanto, la imagen, desde este punto de vista, solo representa en apariencia a otro objeto, pero el punto que nos interesa va más allá de esto, pues, a su vez, la imagen es en sí misma un objeto de investigación y no solo el instante o reflejo de otra entidad, como creación humana que responde a las capacidades sociales del creador.

DESARROLLO

Las imágenes visuales están conformadas por una multitud de posibilidades que surgen de acuerdo a la técnica por medio de la cual se hayan producido, por lo cual el análisis de las mismas debe cambiar teniendo en cuenta además los parámetros de calidad estética y el contexto temporal y espacial en el cual se estudian. Es así como expresiones visuales tales como la fotografía, el dibujo, la danza, la moda, el grabado o el video deben analizarse de acuerdo a sus propias características y técnicas de producción, capacidad comunicativa e impacto social e incluso científico, esto porque además nos hallamos en un sistema dominado y comprometido con las imágenes, donde no hay aspecto del conocimiento en el cual no estén inmiscuidas y participen de la generación de nuevos saberes.

En este punto debemos distinguir que tan profunda puede ser la comunicación de las imágenes, si son capaces de construir conocimientos en los seres humanos o si tan solo son soportes del discurso, capaces de evocar sentimientos y emociones pero nunca conceptos que tengan la fuerza para construir nuevos conocimientos.

Dentro de la investigación cualitativa es claro que el uso de la imagen cabe dentro de la naturaleza de datos necesaria para desarrollar los procesos de recolección de datos, pues pueden ser parte de la observación y registro de la investigación donde incluso el investigador hace parte de la subjetividad de las mismas, iniciando así el análisis con el fin de determinar significados y describir el fenómeno que se estudia, pudiendo incluso utilizarlas como parte de los resultados de la investigación, a pesar que muchos puedan considerar que las imágenes son documentos subjetivos, anecdóticos o de múltiple interpretación, demeritando así la objetividad científica, pero para otros “la imagen es necesariamente explícita en temas que los textos pueden pasar por alto fácilmente. Es un valioso testimonio de otros aspectos de la praxis social, a menudo no documentados por ningún otro vestigio; pueden constituir un testimonio de aquello que muchas veces no dicen las palabras” (Roca, 2004). Aunque siguen considerándose los aspectos documentales, lugar de aparición, material visual o textual complementario para establecer las relaciones con el contexto para darle la suficiente valides formal. Cabe considerar que en el tiempo presente nuestra sociedad esta marcadamente influenciada por la comunicación visual, por tanto ha adquirido un carácter sociológico indudable, afectando comportamientos y aprendizajes, al punto que podemos “estudiar y evaluar los problemas cognoscitivos de tipo científico” (Martínez y Ríos, 2007), pudiendo elaborar su propio discurso y discutiendo sobre sí mismo, por tanto podemos hablar de que tiene un valor epistémico.

Es más común que se pretenda estudiar la relación entre la imagen y la cultura, en cuanto que esta representa códigos de la misma, pero se introduce un problema fundamental, traducir la imagen a texto, buscando interpretaciones iconográficas (Panofsky, citado por Roca, 2004), pero interpretaciones al fin y al cabo. Es pues necesario aprender a hablar el mismo lenguaje, dado que se condiciona subjetivamente a lo que ve el investigador y la interpretación que éste haga bajo su propia mirada. No cabe duda de que este es un campo en que el conocimiento va más allá del lenguaje comúnmente utilizado en la investigación, pero no por ello imposible de explorar. Es, de hecho, un proceso que incluso de manera esporádica se ha venido generando dentro de las nuevas generaciones introduciendo dentro de las conversaciones escritas dibujos, gif animados (cortas secuencias de fotogramas en movimiento) o los populares emoticonos que, comparativamente, nos acercan a las expresiones jeroglíficas del pasado. Por otra parte dentro de las redes sociales podemos encontrar sitios en los que se comparte, a manera de conversación, imágenes inéditas o reutilizadas, para transmitir situaciones, emociones o simplemente por el gusto estético que transmiten, bajo el mismo criterio de una sencilla palabra que genera estímulos.

Dentro de los procesos de investigación cuantitativa, el uso de las imágenes está evidentemente restringido a ser tan solo un referente de una hipótesis que haya surgido del marco teórico parte del desarrollo, con el propósito de involucrarlos como variables sobre los cuales se pueden hacer las indagaciones, es decir realizar los procesos de recolección de datos a partir de la imagen como fenómeno. De esta manera se podrán analizar los datos por medio de la estadística, sin embargo la objetividad del análisis dependerá de la objetividad con que se realicen las indagaciones que puedan provocar las imágenes, con el fin de poder construir y demostrar las teorías que expliquen el fenómeno ilustrado por la imagen, cumpliendo de esta manera con el propósito de la investigación cualitativa de buscar la realidad externamente al individuo (Hernández et al, 2006).

Un aspecto importante es el analizado por Hernández y otros, en su texto de Metodología de la investigación, cuando se refiere a la consideración de dos realidades, una subjetiva, que para nuestro caso es la que se puede percibir en el propósito de tomar una imagen de un fenómeno, y otra la realidad objetiva, independiente de creencias o interpretaciones personales, la cual en nuestro concepto es la imagen en sí misma, por lo que ella es y comunica sin hechos documentales adicionales. De esta manera será posible concebirla como externa e independiente del investigador.

Se necesita conocer o tener la mayor cantidad de información sobre a la realidad objetiva. Conocemos la realidad del fenómeno y también los eventos que nos rodean, a través de sus manifestaciones; para entender nuestra realidad (el porqué de las cosas), es necesario registrar y analizar dichos eventos. (Hernández et al, 2006).

No se puede desconocer la realidad subjetiva, sin embargo, el propósito de la investigación cuantitativa es la relación que provoca la realidad objetiva y documentar su influencia, es por tanto necesario despojar la subjetividad de la imagen librándola de las hipótesis del investigador.

CONCLUCIONES

La utilización de imágenes visuales es un método importante en el desarrollo del conocimiento a través de la historia, aunque han existido grandes periodos en los que se ha desconocido como aspecto fundamental del entendimiento, que puede ser utilizado en los procesos de investigación.

La imagen en los últimos años se ha convertido en un instrumento fundamental de la comunicación, capaz de transformar pensamientos y actitudes dentro de la sociedad, por tanto se hace indispensable considerar su inclusión dentro de los procesos investigativos, tanto cualitativos, cuantitativos o mixtos, no como un documento subjetivo y anecdótico, sino como testimonio social y como realidad objetiva.

REFERENCIAS

Hernández, Fernández, Baptista. (2006), Metodología de la Investigación.

Martínez A. y Ríos F. (2007), Epistemología de las Ciencias Sociales.

Munch y Ángeles. (2001), El método Científico, Editorial Trillas, México.

Roca L. (2004), Razón y Palabra, Revista electrónica, Número 37, http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n37/lroca.html, consultado el 9 de marzo de 2014.

Vasilachis G. (2006), La investigación cualitativa.

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