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Foto del escritorJorge Ochoa

Narración Transmedia y Poder

La ilustración que seleccioné para la portada me recordó las inquietudes que de una u otra forma han rondado mis pensamientos en torno a la comunicación. Es una xilografía que realicé en 1987 durante mis años de estudiante de Artes en la Universidad Nacional de Colombia, mientras en la ciencia se profundizaba el conocimiento de la cadena de ADN, la masificación de la televisión se extendía en nuestro continente y la entrada del uso de los audífonos en el comportamiento cotidiano empezaron a marcar nuestra generación con el uso de reproductores de música portátiles, se juntó a la lectura del libro “1984” de George Orwell, y su concepto del Gran Hermano, dando como resultado la imagen propuesta para esta serie de grabados, que junta los conceptos a manera de juicio premonitorio de la manera como a través de los medios y la manipulación genética tratamos de comprendernos a nosotros mismos a través de una pantalla.

Si bien parece una idea de ficción, no lo es en la medida en que efectivamente los medios masivos lograron el control de la gran mayoría de la sociedad contemporánea, mientras que con la masificación de la Red acabamos de comprobar cómo las grandes potencias mundiales nos están vigilando utilizando la misma tecnología que aparentemente nos proporciona conocimiento de nosotros mismos, caso de la NSA (National Security Agency) de los Estados Unidos, quienes controlan no solo los datos de llamadas de su país, sino también el tráfico global de internet y el tráfico de correo electrónico.

Por otra parte es bien sabido como los grandes consorcios de la comunicación y las entidades que ofertan las grandes plataformas de la Internet, utilizan su poder para mantener el control de la información que se consume a través de la Red usando filtros, “Filter Bubble” (Pariser, 2011), en los procesos de búsqueda de información que se suponía abierta y libre es así como es muy probable que el mismo Google conozca más de cada uno de nosotros que nosotros mismos.

Sin embargo en palabras de Wolton (2000), “Entender el lugar y la función de la comunicación en una sociedad significa analizar las relaciones entre sus tres componentes: el sistema técnico, el modelo cultural dominante y el proyecto que sostiene la organización económica, técnica y jurídica del conjunto de las técnicas comunicativas.” En la actualidad bajo la cultura predominante de la economía neo liberal y la globalización del mercado, los sistemas técnicos han caído bajo el influjo del poder económico de los poderosos grupos económicos que han reducido la utopía del individualismo originado por el uso de los medios digitales y las redes a un mero control organizacional.

Una de esas creaciones de la convergencia de la comunicación que propone Jenkin (2013), es la Narrativa Tansmedia que “representa un proceso en el que los elementos integrales de una obra de ficción se esparcen sistemáticamente a través de muchos canales de distribución con el propósito de crear una experiencia de entretenimiento unificada y coordinada. Lo ideal es que cada medio proporcione su propia contribución original al desarrollo de la historia.” Es decir que refleja la sinergia entre los medios de comunicación, uniendo diferentes medios de comunicación que anteriormente trabajaban por separado, expandiéndose a través de las plataformas mediáticas, configurando así la industria del entretenimiento creando historias más expansivas e inmersivas.

La Narración Transmediática generalmente está basada en mundos imaginarios muy complejos que entrelazan personajes e historias, que personalmente me hacen recordar las Ficciones de Borges y sus extraños acontecimientos enciclopédicos, como “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius” (1943), que nos instan a seguir buscando la historia más allá de lo que nos cuentan, pero el objetivo e otro completamente diferente, se trata de expandir el mercado potencial de un producto creando diferentes puntos de acceso para distintos segmentos de audiencia, películas, comics, videojuegos, club de fans, paginas en la Web, canal de Youtube, Facebook, blogs, colecciones de estampas y figuras a escala, etc., que se orquestan desde los mismos canales propios de la industria cultural. Así pues, considero que la distancia que se suponía existía entre los nuevos medios y las llamadas Industrias Culturales ha dejado de existir.

Debido a que las narraciones transmediáticas requieren un alto grado de coordinación entre los diferentes sectores mediáticos, hasta ahora ha funcionado mejor en proyectos independientes donde el mismo artista da forma a la historia a través de todos los medios involucrados, o en proyectos donde se valora una fuerte colaboración (o co-creación) a través de las diferentes divisiones de la misma compañía. (Jenkins, 2013).

Sin embargo no por ello las narraciones dejan de ser una manifestación de una inteligencia colectiva, a la manera de Pierre Levy, pues siguen siendo productos que se originan en muchos casos por medio de diferentes licencias, aunque subordinadas a la idea base de la historia, y luego las hacen circular por los medios y las redes sociales, haciendo que los textos transmediáticos adquieran el carácter de enciclopedia, por la multitud de aportes de las diferentes fuentes, que incluso son alimentadas por los fans, los cuales mantienen, en su mayoría, el carácter auténtico de libertad de los nuevos medios.

Cabe entonces preguntarnos, hasta qué punto los nuevos medios de información digitales han tenido un verdadero sentido de amplitud, independencia y libertad en la comunicación cuando controlan y vigilan las actividades de los internautas o utilizan las herramientas digitales para promover y distribuir los productos de las llamadas industrias culturales haciendo uso de los medios tradicionales de comunicación y la viralización de los contenidos, utilizando todo tipo de estrategias de mercado mediante la Narrativa Transmendiática.

La configuración actual de la industria del entretenimiento ha hecho de la expansión transmediática un imperativo económico, y aún así los mejores artistas transmediáticos también se mueven por estas presiones de mercado para crear una historia más expansiva e inmersiva de lo que habría sido posible de otra manera. (Jenkins, 2013)

De ninguna manera podemos desconocer la capacidad de las audiencias en la negociación de los contenidos y sus significados, como receptor y hacer su papel como emisor dentro de sus propias redes, en lo que Castells llama “audiencias creativas”, reutilizando los contenidos, “remezcla”, convirtiéndose en fuente del proceso de “autocomunicación de masas” (2010). Por lo cual, como sistema, es más inclusivo y abierto que otras formas de comunicación de masas.

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